Once años son los que lleva Dolors Serrano ejerciendo su papel de trabajadora social en la Residencia Sant Gabriel de Centelles. Once años estando en contacto con gente mayor, cuidando de ella y velando por su situación. Su experiencia laboral es la que le ha llevado a vivir en primera persona la evolución que este colectivo de la sociedad ha experimentado desde entonces hasta día de hoy y la aparición de las nuevas tecnologías en nuestro día a día. La relación entre estas dos partes es, aún, un tanto peculiar. El uso de las innovaciones por parte de la gente mayor es todavía escaso. ¿Por qué? Serrano nos da su opinión sobre el tema.
Dolors Serrano nos abre las puertas de la residencia Sant Gabriel // Cristina Ciudad
¿Cuál cree que es la actitud que tiene la gente mayor hacia las nuevas tecnologías?
Muchas veces hay mucha desconfianza ante algo desconocido. Hay mucha incertidumbre. La gente se pregunta, ¿sabré utilizarlo? ¿esto es útil? y ¿por qué es útil? Esta es la primera respuesta en muchos casos.
Para cambiar esta situación, ¿se realizan talleres destinados a fomentar el uso de las nuevas tecnologías entre este colectivo?
Hace un par de años, desde Creu Roja i el Ajuntament se hizo una sesión informativa sobre el uso de los móviles y, años atrás, también se hizo una campaña de formación sobre el uso de ordenadores y sobre la conexión a Internet, principalmente. Vino una unidad móvil donde todas las personas que voluntariamente querían asistir podían ir. Obviamente, la gente mayor que fue era gente con cierta capacidad funcional y cognitiva. Creo recordar que era una iniciativa de la Diputación. En la unidad móvil había una serie de ordenadores y un monitor hacía de guía a los asistentes. El personal de la residencia también estuvo presente como apoyo, más que nada.
¿Qué acogida tuvieron estas actividades?
Bien, desde el centro tuvimos que insistir bastante. Lo que hicimos es valorar las personas que tenían una capacidad mental suficiente y los animamos a asistir. Una cosa que tenemos que tener en cuenta cuando hablamos de la asistencia, está claro, es qué tipo de perfil de gente mayor tenemos en la residencia a día de hoy. Cada vez tenemos personas mucho más dependientes, mucho más deterioradas de salud física y mental. Es su último paso, en muchos casos. Las personas quieren vivir en casa el máximo de tiempo posible, por lo tanto, cada vez más las personas ingresan en un centro residencial cuando la situación es límite. Por este motivo, el perfil actual es muy frágil de salud y esto es una limitación en sí misma importante.
Por lo tanto, las sesiones tuvieron, en general, poca aclamación dado estos impedimentos.
Exacto. Aún y así, me gustaría destacar que, como bien he dicho, esto tuvo lugar hace unos años. La situación de cinco años atrás a hoy ha cambiado. Ha cambiado mucho el perfil de gente puesto que las circunstancias familiares son otras. Ahora hay mucha más gente en el paro y, por lo tanto, muchas personas cuidan a la gente mayor en casa. Quiero decir que en cinco años todo esto de la crisis ha afectado de alguna manera, también. Había personas mucho más autónomas hace unos años en este mismo centro. Por eso, nosotros a nivel del ayuntamiento realizamos más talleres de memoria y otros talleres muy adaptados a día de hoy. Seguimos teniendo personas autónomas y válidas, pero es un grupo cada vez más reducido. Tenemos muchas personas con silla de ruedas, muchas personas con demencias o inicio de demencia, con patologías… Antes hubiéramos podido optimizar mucho más este tipo de taller. Pero bien, cómo he comentado, tampoco se optimizaron. Además, hay que tener presente que mucha gente ha trabajado en fábricas durante toda su vida y hay una gran falta de escolarización.
Entonces, ¿el hecho de no estar acostumbrados a estas innovaciones cree que puede ser un impedimento a la hora de su aprendizaje, no?
Está claro. Te pondré el ejemplo del simple uso de una tarjeta de crédito. Aquí, de 78 personas quizás hay dos que tienen una propia. Con esto te hago una fotografía muy concreta, representativa. Muchas de las personas de aquí todavía necesitan tener contacto con el dinero, ir a una entidad bancaria y sacar lo que necesitan para hacer su gestión. Todo lo que es nuevo les desborda un poco. Ellos prefieren una atención personal que les inspire confianza antes que cualquier tecnología.
¿También puede ser que influya en toda esta situación el hecho de que las nuevas tecnologías no sean del todo accesibles para la gente mayor?
Más que nada, yo creo que la falta de familiaridad es el problema. Debido a esta carencia de conocimiento, los aparatos a día de hoy no son accesibles para ellos. Esto es la realidad. En la residencia hay wifi, pero ninguna persona me ha comentado, “escucha, tengo un portátil y quiero conectarme”. Esto está al caer, pero de momento son muy pocos los que esta acostumbrados a utilizar un ordenador. Utilizan móviles, a pesar de que también son contadas las personas que tienen en el centro. De 100 usuarios, quizás hay cuatro que tengan móvil. Digo estas cifras para deja claro que tampoco se puede generalizar en todos los centros residenciales. Yo hablo de este, del que conozco. También es verdad que mucha gente tiene otras limitaciones para su uso. Por ejemplo, hay gente que no siente bien y, si incluso nosotros a veces podemos encontrar ciertas dificultades, ellos todavía más. Muchas personas mayores tienen problemas auditivos. Entonces, el móvil, aunque tenga un volumen máximo, no lo sienten en muchos casos. Esto ya es una barrera en sí misma. Ya hay familias que les compran aparatos de uso sencillo, pero de todas formas muchas personas se ven superadas.
Aún y así, ¿en algunos casos las nuevas tecnologías pueden suponer una ayuda para la gente con problemas de movilidad, dependencia o salud?
Sí, y probablemente en el futuro habrá cosas todavía más útiles. Muchas personas tienen deficiencias físicas pero no cognitivas, de forma que pueden utilizar aparatos de este tipo que les supongan una ayuda. Hay algunos que tan sólo pulsando un botón te permiten tener una asistencia. Eso sí, tienen que ser tecnologías que sean muy accesibles, que no requieran grandes conocimientos. Cuánto más operativo sea el mecanismo, más práctico será para ellos. Pero bien, esto evoluciona. Cuando aparecieron los ordenadores requerían un conocimiento técnico e informático bastante elevado para hacer cualquier cosa. Hoy en día, todo niño de 5 años lo domina a la perfección. Así pues, lo que hace falta es optimizar que sea muy asequible, muy operativo. También hace falta que sean asequibles a nivel económico. Por lo tanto, es un cúmulo del sistema. Hace falta que sean prácticos y que se adapten a los recursos que tiene la gente.
¿Cuáles son las tecnologías más demandadas entre la gente mayor?
Más que demandar, se las ofrecemos nosotros. Se suelen buscar cosas preventivas, aparatos que tengan funciones útiles y un uso muy rápido. Una de las cosas más utilizadas son los teléfonos. Un teléfono adaptado con números grandes es una cosa muy práctica para ellos.
Y ¿cómo se les enseña a usar estas tecnologías: de manera detallada o simplemente con una idea general?
Nosotros aquí en la residencia tampoco tenemos grandes tecnologías que requieran una gran enseñanza. Es una atención muy primaria. El uso del ascensor, subir o bajar la cama… Pero poca cosa más. Y sobre estas tecnologías, los ayudamos a que adquieran competencias básicas. Tenemos personal que los acompaña y los ayuda a utilizar estos aparatos. Hay gente mayor, por ejemplo, que no quiere subir sola al ascensor, bien porque ha tenido una experiencia no muy buena con él o porque, simplemente, no está acostumbrada. Pues lo que hacemos nosotros es ayudarla a que poco a poco lo utilice de una manera más autónoma. A veces también nos encontramos con pequeñas trabas que dificultan este aprendizaje. Por ejemplo, en el caso de los ascensores, hay alguno de ellos que en vez de poner de forma asecendente los números de las plantas los colocan salteados. De este modo, a ellos les cuesta más memorizar su uso. Y esto pasa con muchas herramientas que no acaban de ayudar.
¿Es una desventaja el hecho de que este colectivo de la sociedad no acceda a las nuevas tecnologías de manera habitual mientras el resto de la población evoluciona hacia la llamada Sociedad de la Información?
Yo supongo que esto cambiará y llegará un momento en que la gente mayor nos exigirá que les enseñemos a utilizar las tecnologías y que les ofrezcamos los servicios necesarios. Y nosotros, evidentemente, nos tendremos que adaptar. Quiero decir que esto sucederá. Nos tendremos que adaptar a nuevas realidades futuras. Las personas más mayores estarán más formadas y harán un uso más habitual de ellas. Ahora no es un problema porque quizás es lo más lógico. Volvemos al punto inicial. El estado de salud y el hecho de no estar acostumbrados es lo que comporta el poco uso que este colectivo hace de las nuevas tecnologías.
Residencia Sant Gabriel // Cristina Ciudad
Dejando un poco de banda la vertiente tecnológica, hay otro tema del cual nos gustaría saber su opinión. ¿Cree que la relación entre la gente joven y la gente mayor se ha distanciado demasiado en la actualidad?
Creo que tampoco tenemos que idealizar la relación previa entre la gente joven y la gente mayor. A veces yo también me he planteado esta pregunta. Antes muchas generaciones vivían en una casa, de forma que la relación era un poco forzada. Que convivieran no quiere decir que su relación fuera satisfactoria y excepcional.
Aún y así, ¿a día de hoy sería conveniente impulsar esta relación?
Sí, pero déjame matizar estas palabras. A veces se hacen proyectos, pero se quedan en esto, proyectos. Las causas las encontramos en una implantación de valores desde la raíz, desde la infancia. La vida pasa por diferentes etapas: la vida, la muerte, la infancia y la vejez. No tenemos que forzar que haya un puente entre dos de estas etapas. A veces me he encontrado casos de voluntariado que ha venido muy a menudo a hacer colaboraciones de este tipo y de golpe crecen, tienen otrso intereses, dejan de venir y se acaba la relación. No es, tampoco, que haya un conflicto. Simplemente que cada cual tiene su vida. A veces nos falta este sentimiento de la normalidad. Bien, aún así, personalmente creo que sí que se tiene que potenciar. Todos vivimos en nuestra madriguera, pero estaría bien que de vez en cuando saliéramos de ella.
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